La muerte está en el aire. ¿Cómo escapar de la muerte si el peligro es inminente con cada respiración? Un viaje al pasado, una investigación arqueológica, la búsqueda del origen de una maldición son la forma de detener el mal que amenaza con propagarse ahora que ha sido liberado.
Zaid Nasser ha trabajado con Howard Carter en el descubrimiento de la tumba de Tutankamón. Ha visto a ocho colegas morir por la maldición liberada al abrir el túmulo. No quiere ser la novena víctima; intenta por todos los medios escapar: incluso si eso implica adentrarse en la tumba, invocar al pasado, abrir un portal que lo lleve al momento en que la maldición se origina.
En la Tebas egipcia, en la dinastía xviii, en el año 1327 a.C., un asesino siembra el pánico. Acaba de morir el faraón de tan solo dieciocho años, Tutankamón; los escribas del templo de Amón aparecen muertos. Un asesino con cabeza de chacal mata una víctima tras otra y les deja un escarabeo en boca. Tres inesperados investigadores lo persiguen: un médico anciano, una sanadora y el capitán de la guardia real. Una mujer con la marca del escarabajo es la clave para detenerlo.
A la muerte no le importa la continuidad del tiempo; no le interesa si es en Luxor, en 1925, o en Tebas, en la la dinastía xviii. No importa cómo se llamen las personas, ni cuántas veces nazcan: solo quiere arrancar una vida. Para evitarlo, a veces, hay que contener la respiración.
El regreso de Lola P. Nieva es un thriller histórico con una trama de giros inesperados, con protagonistas audaces, que no vacilan enfrentar un destino incierto. Una novela que transporta al lector por épocas y mundos.
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