El rapto | Miriam Molero
$30.280
Un secuestro del que, hasta el último momento, se desconocen los motivos. Una intriga, que los personajes parecen ignorar, recorre toda la novela, se mezcla con las preguntas que se amontonan en una charla entre el secuestrado y el secuestrador: ¿qué sucede si la libertad que consideramos preciada es ilusoria?; ¿qué sucede si no hay hacia dónde escapar, si la red que nos envuelve es infinita?; ¿qué pasaría si nos damos cuenta de que hay un poder detrás de las cosas que decide por nosotros, un poder que elige, incluso, la existencia misma de lo que nos rodea?
La conversación entre un estudioso y un sacerdote podría aparecer en un programa de televisión y, sin embargo, se da en una pequeña celda de una iglesia, en la que el secuestrador le pide que se vaya, y de la que el secuestrado no quiere irse.
Además, una viuda negadora y un exconvicto de clase media alta buscan al que ha sido raptado y se topan con una prostituta rebelde, con una orden eclesiástica disidente, con un artista del porno. Entre una comedia de salón y una de enredos, en clave policial, los improvisados investigadores recorren los pilares del dogma religioso, las vicisitudes de una productora de pornografía, las reglas naturalizadas por la sociedad desde las góndolas del supermercado hasta el Big Data.
El rapto, además de un secuestro, también puede ser un lapsus, un arrebato, una forma del azar capaz de urdir una trama más elaborada que todos los cálculos y previsiones de quienes quieren controlar la ilusión de la libertad. Como quien lanza una piedra al aire y no puede medir las consecuencias de ese acto. Con ese infinito de posibilidades la novela sorprende y atrapa al lector.
Miriam Molero, de larga trayectoria periodística, tiene en El rapto un debut en la literatura que no podría ser más auspicioso: una novela que mezcla la intriga con el humor, la reflexión con el desparpajo para mostrarnos un mundo en el que todos estamos interconectados.
La conversación entre un estudioso y un sacerdote podría aparecer en un programa de televisión y, sin embargo, se da en una pequeña celda de una iglesia, en la que el secuestrador le pide que se vaya, y de la que el secuestrado no quiere irse.
Además, una viuda negadora y un exconvicto de clase media alta buscan al que ha sido raptado y se topan con una prostituta rebelde, con una orden eclesiástica disidente, con un artista del porno. Entre una comedia de salón y una de enredos, en clave policial, los improvisados investigadores recorren los pilares del dogma religioso, las vicisitudes de una productora de pornografía, las reglas naturalizadas por la sociedad desde las góndolas del supermercado hasta el Big Data.
El rapto, además de un secuestro, también puede ser un lapsus, un arrebato, una forma del azar capaz de urdir una trama más elaborada que todos los cálculos y previsiones de quienes quieren controlar la ilusión de la libertad. Como quien lanza una piedra al aire y no puede medir las consecuencias de ese acto. Con ese infinito de posibilidades la novela sorprende y atrapa al lector.
Miriam Molero, de larga trayectoria periodística, tiene en El rapto un debut en la literatura que no podría ser más auspicioso: una novela que mezcla la intriga con el humor, la reflexión con el desparpajo para mostrarnos un mundo en el que todos estamos interconectados.